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Ecología, recursos naturales, cosméticos transgénicos (página 2)



Partes: 1, 2

 

  1. Ni los problemas
    que trata la ecología son nuevos ni la
    ecología es sólo una moda
    pasajera. Ya en el período Neolítico, diez mil
    años atrás, los hombres talaban bosques para
    obtener madera y
    abrir claros donde sembrar los granos de los que se
    alimentaban. Así resultaron alterados los ecosistemas en los que esas comunidades
    vivían. En Grecia,
    Platón dejó testimonio escrito
    de la deforestación de ciertas
    montañas del Ática, que habían quedado
    como "el esqueleto de un cuerpo enflaquecido por la
    enfermedad". El agua,
    observaba el filósofo, "no se perdía entonces
    como ocurre hoy, discurriendo sobre el terreno
    desnudo".

    Desde luego, el problema no afectó
    sólo a la Antigüedad: a lo largo de la historia
    diversas áreas terrestres se vieron modificadas por la
    acción del hombre.
    Por ejemplo, a partir de la década del '50 la agricultura experimentó un crecimiento
    favorecido por los adelantos en ingeniería
    genética de semillas y desarrollo
    de agroquímicos. Esta intensificación del uso
    de las tierras ocasionó la degradación de las
    mismas y la necesidad de explotar nuevas
    áreas.

    Cuando la actividad humana carece de controles y
    reglamentaciones, pueden producirse grandes
    catástrofes. Los derrames de petróleo provocan la muerte
    de numerosos organismos, alterando el equilibrio
    ecológico

    Al desaparecer los bosques no sólo se pierde
    la capacidad de renovación del oxígeno en la atmósfera, sino que también se
    reduce la fertilidad del suelo y se
    incrementa su erosión

    La Tierra
    afronta serio peligro de contaminación y muerte de
    especies vegetales y animales, y
    también de los suelos, la
    atmósfera, los ríos y los mares, que sustentan
    la vida.

    Conscientes de la gravedad de la situación,
    los países miembro de las Naciones
    Unidas se reunieron en 1992, en la Conferencia
    sobre Medio
    Ambiente y Desarrollo conocida como la Cumbre de
    Río de Janeiro. Allí, gobernantes,
    científicos y periodistas de todo el mundo, informaron
    y alertaron sobre los problemas del desarrollo industrial y
    tecnológico.

    El conocimiento de la naturaleza
    y de los cuidados que ella requiere deberían ser temas
    primordiales en los procesos
    educativos actuales. El sistema
    educativo, precisamente, debe proveer hoy información sobre ecología a
    todos los niveles: desde el cuidado de un animalito
    doméstico, pasando por las charlas cotidianas de los
    maestros o el trabajo en
    huertas escolares en los niveles primario y medio, hasta las
    especializaciones terciarias y la concientización de
    los profesionales de otras áreas en institutos y
    universidades.

    La gran cantidad de deshechos que genera el hombre,
    suele quemarse o utilizarse en rellenos sanitarios para
    atenuar el impacto que esto procuce, los países
    más desarrollados fomentan el reciclado.

    La falta de cuidados por parte del hombre hacia
    otros seres vivos pone en peligro de extinción a
    muchas especies, el oso panda, algunos batracios, las focas
    del ártico o las ballenas de los mares del sur son
    algunas de ellas.

  2. recursos naturales.

Los recursos
naturales son los elementos y fuerzas de la naturaleza que
el hombre puede utilizar y aprovechar.

Estos recursos
naturales representan, además, fuentes de
riqueza para la explotación económica. Por
ejemplo, los minerales, el
suelo, los animales y las plantas
constituyen recursos naturales que el hombre puede utilizar
directamente como fuentes para esta explotación. De
igual forma, los combustibles, el viento y el agua pueden
ser utilizados como recursos naturales para la producción de energía. Pero la
mejor utilización de un recurso natural depende del
conocimiento que el hombre tenga al respecto, y de las leyes que rigen
la conservación de aquel.

La conservación del medio ambiente
debe considerarse como un sistema de
medidas sociales, socioeconómicas y
técnico-productivas dirigidas a la utilización
racional de los recursos naturales, la conservación de
los complejos naturales típicos, escasos o en
vías de extinción, así como la defensa del
medio ante la
contaminación y la degradación.

Las comunidades primitivas no ejercieron un gran
impacto sobre los recursos naturales que explotaban, pero
cuando se formaron las primeras concentraciones de población, el medio ambiente
empezó a sufrir los primeros daños de
consideración.

En la época feudal aumentó el
número de áreas de cultivo, se incrementó
la explotación de los bosques, y se desarrollaron la
ganadería, la pesca y
otras actividades humanas. No obstante, la revolución
industrial y el surgimiento del capitalismo
fueron los factores que más drásticamente
incidieron en el deterioro del medio ambiente, al acelerar los
procesos de contaminación del suelo por el auge del
desarrollo de la industria,
la explotación desmedida de los recursos naturales y el
crecimiento demográfico. De ahí que el hombre
tenga que aplicar medidas urgentes para proteger los recursos
naturales y garantizar, al mismo tiempo, la
propia supervivencia.

Los recursos naturales son de dos tipos: renovables y
no renovables. La diferencia entre unos y otros está
determinada por la posibilidad que tienen los renovables de ser
usados una y otra vez, siempre que el hombre cuide de la
regeneración.

Las plantas, los animales, el agua, el suelo, entre
otros, constituyen recursos renovables siempre que exista una
verdadera preocupación por explotarlos en forma tal que
se permita su regeneración natural o inducida por el
hombre.

Sin embargo, los minerales y el
petróleo constituyen recursos no renovables porque
se necesitó de complejos procesos que demoraron miles de
años para que se formaran. Esto implica que al ser
utilizados, no puedan ser regenerados.

Todo esto nos hace pensar en el cuidado que debe tener
el hombre al explotar los recursos que le brinda la
naturaleza.

Cuando se analiza el rol de los recursos naturales en
el desarrollo de las economías latinoamericanas,
generalmente se piensa en ellos como bienes
exportables y generadores de divisas para
financiar las necesidades de crecimiento
económico. El interés
por la explotación y exportación de los recursos está
determinado por la demanda
externa y por la necesidad de ampliar la capacidad de compra de
bienes extranjeros. Es muy difícil encontrar
experiencias históricas que demuestren que la
explotación de algún recurso haya respondido a un
patrón óptimo de explotación, determinado
por la interrelación entre las oportunidades de inversión en el mercado de
capitales y las rentas de escasez
asociadas a la explotación del recurso, regla
básica que determinaría ese patrón de
explotación.

El trabajo de Hausman y Gavin nos muestra que, a
diferencia de las economías industrializadas, América
Latina sufre de escasez de capital y
abundancia de trabajadores no calificados, pero que en
términos comparativos, en la economía global de
la década de 1990, América Latina no es, en absoluto, la
región que tiene más mano de obra y menos
capital, ya que las economías emergentes del Este
Asiático nos superan ampliamente. América Latina
es especial a causa de su enorme dotación de recursos
naturales. Y el impacto de estos recursos se ha sentido
claramente en muchos países de la región, puesto
que en algunos de ellos, a la liberalización
económica le siguió un veloz crecimiento de la
inversión extranjera y de las exportaciones de productos
naturales intensivos en recursos; en el caso de las industrias
manufactureras, que requieren mano de obra intensiva, el
crecimiento fue mucho más modesto. La propuesta de
Hausman y Gavin amplía el estudio de Sachs y Warner
(1995), quienes demostraron que en el crecimiento
económico las economías pobres en recursos con
frecuencia superan a las economías ricas en recursos,
incluso después de considerar otros determinantes del
crecimiento económico1 /. El trabajo
concluye que existen evidencias
de que los países de las regiones tropicales, con una
gran cantidad de tierras agrícolas y abundantes recursos
naturales, tienden a crecer de una manera más lenta que
aquellos países que tienen pocos recursos naturales y
que están situados en climas más
templados.

Sin embargo, y tal como los autores mismos afirman, no
deberíamos tomar estas estimaciones de una manera
demasiado literal. No existe una teoría realmente consistente que respalde
estos resultados y que plantee restricciones a cualquier
especificación particular empírica. Finalmente,
hay importantes interacciones entre las variables
explicativas que complican la interpretación de estos ejercicios de
"estática
comparativa". Pese a ello, los resultados apuntan hacia los
efectos significativos de la geografía y la dotación de
recursos naturales en la desigualdad del ingreso. Los trabajos
de Paul Krugman en este campo han sido muy importantes en la
década de 1990; para el caso peruano, Escobal y Torero
(2000) acaban de documentar abundantemente las interrelaciones
entre la base de recursos naturales con el ritmo de crecimiento
y los niveles de ingreso regionales2 /. Este campo está
aún fértil para futuras investigaciones
que resuelvan los posibles problemas de especificación
de los modelos que
Asuman y Gavin utilizan.

Ocampo añade un elemento fundamental para
entender las perspectivas de crecimiento económico
sostenido de los países de la región. El sesgo en
contra del sector agropecuario de las políticas y estrategias de
desarrollo ha sido una de las características más
cuestionadas por muchos años, y Ocampo plantea una serie
de elementos para introducir de manera integral una estrategia de
desarrollo rural en la región. Entre otros, considera
tres elementos centrales: una política
macroeconómica que garantice un tipo de
cambio competitivo, una política sectorial activa, y
acciones
específicamente dirigidas a superar la pobreza
rural. Algunas transformaciones que han experimentado las
economías y las sociedades
latinoamericanas introducen, además, un nuevo elemento:
la participación de nuevas instituciones y de nuevos actores. En este
sentido, un elemento desafortunado en los procesos de
liberalización económica que han tenido lugar en
América Latina en los años 90 ha sido la
política cambiaria; ésta no ha cumplido el papel
compensatorio que se suponía debía cumplir y
más bien ha acentuado los efectos de la política
comercial sobre los precios de
los bienes transables. El resultado fue, según Ocampo,
un ajuste más severo del sector agropecuario.

La necesidad de contar con políticas
sectoriales específicas que faciliten el desarrollo del
sector agropecuario y reduzcan los niveles de pobreza rural,
en ámbitos tan delicados como tecnología, crédito y educación, es más compleja
aún ante la crisis que
han experimentado las instituciones sectoriales. Ocampo es muy
claro en precisar que se requiere de grandes innovaciones en el
frente institucional que permitan el uso más eficiente
de recursos públicos escasos, y que puedan complementar
(o crear) mercados,
cuando ello sea posible. En ese sentido, el desafío que
se plantea es diseñar una política de
intervención estatal que no sea simplemente de promoción del sector a través de
esquemas tributarios y subsidios.

POLÍTICA FISCAL Y
EXPLOTACIÓN DE RECURSOS NO RENOVABLES

Los recursos naturales no renovables -minerales, y
gas y
petróleo representan un componente
importante de las economías de Canadá y de
algunos países de América Latina. Brean documenta
que este sector constituye más del 16 por ciento de los
ingresos por
concepto de
exportación y más del 4 por ciento ($26,000
millones) del Producto
Bruto Interno en Canadá. Estos porcentajes son inclusive
mayores para países como Venezuela,
México, Chile, Perú y Ecuador.
Asociados a la importancia de estos recursos, en la
región tenemos dos elementos de política: la
inversión directa extranjera y la política
tributaria. Los trabajos de Rozas, Sánchez Albavera y
Campodónico analizan con detenimiento el nuevo boom de
inversiones
extranjeras en la región, mientras que los trabajos del
mismo Rozas y Brean estudian las políticas tributarias
en América Latina y Canadá respectivamente. En
esta sección Remy presenta un estudio específico
de las reformas en el sector minero en la región, al
igual que Campodónico en el sector hidrocarburos.

En la década de los años noventa se
dió un vuelco en los flujos de inversión
extranjera directa en América Latina y cambió
la percepción que de ella, y de las empresas
transnacionales, se tenía. Rozas y Sánchez
Albavera analizan los factores que explican este cambio,
desde los problemas del lento crecimiento y crisis de la deuda
en la década anterior en la región, hasta la
creciente brecha tecnológica entre los países
industrializados y América Latina, pasando por el
agotamiento de los flujos de capital entre los países
industrializados. Este cambio de percepción acerca del
papel que pueden jugar la inversión extranjera y las
empresas transnacionales en el desarrollo latinoamericano
ocurre en el marco de un nuevo escenario internacional,
configurado a comienzos de los años noventa y que
permitió que la demanda por inversión directa sea
respondida satisfactoriamente por inversionistas de fuera de la
región. No se sabe, sin embargo, si estas tendencias
estarán asociadas a cambios en los indicadores
de riesgo
país que vienen ocurriendo en los últimos
años.

Con relación a las formas de tributación
en Canadá y en América Latina, se encuentra
ciertas similitudes en las ineficiencias de los gobiernos para
alcanzar dos objetivos:
incrementar los ingresos y compartir riesgos para
aumentar la inversión. Brean concluye, para la
experiencia canadiense, que las actuales formas de
tributación de las corporaciones de los sectores
extractivos, tales como la minería
y la energía, se harán cada vez más
ineficientes en términos de estos dos objetivos del
gobierno. A
través de la ingeniería financiera, un tema que Brean
desarrolla con detenimiento, el sector de las corporaciones
privadas modernas resulta más experimentado y capacitado
que el gobierno para implementar formas de asignar el riesgo de
una manera eficiente. La reducción del costo
económico del riesgo es un campo donde el Estado
sólo puede implementar políticas de subsidios -la
absorción del riesgo por parte del sector
público- allí donde los mercados
financieros asignan un precio al
riesgo.

En el trabajo de Rozas se encuentra un análisis comparativo de los diferentes
esquemas de incentivos
tributarios para promover la inversión directa
extranjera en América Latina. Este análisis de
las políticas tributarias aplicadas a la
inversión extranjera, se hace en un marco de
liberalización creciente de la actividad
económica y de competencia por
la captación de recursos de inversión en los
mercados internacionales de capital. Según Rozas,
estaríamos frente a diversos intentos de obtener
ventajas comparativas (de localización
tributaria).

En lo que se refiere específicamente a la
minería, Remy y Sánchez Albavera nos presentan
las características de lo que algunos analistas ya han
denominado la 'nueva minería': una serie de
condicionantes de la oferta
minera que explican de manera sencilla los cambios en este
sector en la región. En primer lugar se da un cambio de
horizontes regionales a un horizonte global. Se trata de una
consecuencia del fin de la división entre Este-Oeste y
de los avances en telecomunicaciones. La década de 1990 ha
visto un fuerte crecimiento del comercio
interregional de metales y
minerales, y una más fuerte influencia de las
cotizaciones globales. El segundo cambio observado se da de la
propiedad
pública a la inversión privada. Las
políticas mineras ponen menos énfasis en la
propiedad y en los asuntos de control para
concentrarse en la competitividad y, en consecuencia, en la
inversión y el desarrollo. Si es que hay un
régimen tributario y normativo efectivo, la propiedad
privada no representa ninguna amenaza a la seguridad
nacional como antes se consideraba en la región. Por
otro lado, se observa que además de una mayor confianza
en la oferta del mercado, la
preocupación por el agotamiento de los recursos
(típica de los años 70) ha generado un cambio de
enfoque de la disponibilidad de minerales a la sostenibilidad
de la minería. Las preocupaciones en la década de
1990 son diferentes, más vinculadas a los impactos de la
minería en el ambiente, a las emisiones o residuos que
produce el procesamiento de los minerales, su transporte y
su uso y a la sostenida capacidad de extracción y
procesamiento de minerales a tasas actuales o
mayores.

Remy considera, por último, que de la
búsqueda de la estabilidad de los precios se ha pasado
al manejo del riesgo. En la década de 1970, la
volatilidad de los mercados dio lugar a esquemas para
estabilizar los precios a través de convenios de stocks
de amortiguación y a través de esquemas de
estabilización de ingresos y compensación.
Actualmente se acepta el riesgo como una característica
inherente a la industria y no se busca evitarlo, sino
administrarlo a través de un financiamiento estructurado y una cobertura
frente a los riesgos políticos, las asociaciones de
responsabilidad compartida, la
diversificación

geográfica, y la protección de los
precios, utilizando mercados de avanzada.

CAPÍTULO II

PRODUCTOS TRANSGÉNICOS

  1. Los transgénicos u organismos
    genéticamente modificados -como también se
    los llama- son plantas o animales a los cuales se les ha
    incorporado un gen o ADN
    ajeno, de otro tipo de organismo o especie, con el objetivo
    de dotarlos de determinados atributos. Pueden tener un
    desarrollo vegetativo más rápido, ser
    resistentes a heladas o a elevadas temperaturas, a enfermedades y a plagas, y producir muy
    buenos rendimientos. En tanto tales condiciones se
    presenten, los transgénicos ofrecen la posibilidad
    de reducir costos de
    producción y multiplicar las ganancias de los
    agricultores.

    En el caso de los vegetales, además del
    algodón, hay variedades
    transgénicas de maíz, soya, arroz, trigo, tomate,
    y hasta de papa, casi todas ellas desarrolladas y
    patentadas por empresas transnacionales, como Monsanto,
    Aventis, Syngenta, Dupont, entre algunas otras, que dominan
    el comercio mundial de semillas, pesticidas y
    plaguicidas.

    Estas industrias aseguran que los alimentos
    provenientes de cultivares de semillas transgénicas
    son inofensivos para la salud de
    personas, animales y para el ambiente, porque son el
    resultado de muchos años de investigación y han sido sometidos a
    estrictos controles de calidad.

    Sin embargo, la extendida difusión de este
    tipo de cultivares en Norteamérica y en
    países como Argentina, Brasil,
    China,
    entre otros -que son importantes productores y exportadores
    de cereales y granos destinados a la alimentación-,
    ha generado gran polémica entre científicos,
    ambientalistas y consumidores. La FAO, por ejemplo,
    reconociendo que la biotecnología es un "instrumento
    poderoso" para la agricultura, también ha reconocido
    y advertido sobre los riesgos de que se estén
    creando nuevas toxinas o transfiriendo toxinas de una
    especie o forma de vida a otra, que puedan dar lugar "a
    reacciones alérgicas imprevistas".

    Como reacción a estas preocupaciones y a
    exigencia de consumidores, científicos y
    ambientalistas, en la Unión Europea y varios otros
    países se ha normado que el etiquetado de los
    alimentos indiquen si son de origen transgénico, y
    se han establecido estrictos reglamentos para que, antes de
    aprobarse su comercialización, se evalúe
    científicamente si son dañinos o si presentan
    riesgos.

    Salvo algunas pocas excepciones, en el Perú
    hemos estado
    al margen de estas preocupaciones, no obstante de que es
    muy probable que seamos grandes consumidores -aunque
    todavía no cultivadores- de alimentos importados de
    origen transgénico (maíz, trigo y aceites,
    por ejemplo). De cualquier manera, los consumidores tenemos
    el derecho de estar informados y de exigir que nuestras
    autoridades ofrezcan un mínimo de seguridad sobre la
    inocuidad de tales alimentos.

    El algodón, por cierto, es valorado
    principalmente por su fibra y como insumo de la industria
    textil, pero no olvidemos que la pepa algodonera
    también es importante insumo para la
    fabricación de aceite
    comestible y de forraje para el ganado.

    Respecto a los riesgos ambientales y los relativos
    a la actividad agropecuaria, entre otros impactos, se
    señala que la fecundación cruzada, así como
    el uso masivo y constante de los paquetes
    tecnológicos que se asocian a los cultivos
    transgénicos para lograr obtener los resultados
    esperados (uso de determinados agroquímicos, por
    ejemplo), pueden dar lugar al desarrollo de malas hierbas o
    de plagas y enfermedades de mayor resistencia, trastornando así el
    equilibrio de los ecosistemas. A ello se agrega la
    pérdida de biodiversidad, porque este tipo de cultivos
    tiende a desplazar los cultivares tradicionales y puede
    llevar a la extinción de valioso material
    fitogenético.

    Por último, también se señala
    el riesgo de que los agricultores se encadenen a las
    industrias transnacionales productoras de las semillas
    transgénicas y a sus paquetes tecnológicos,
    por los que hay que pagar elevadas sumas por derechos de
    patentes o de royalties.

    La opción por los transgénicos no
    es, pues, un asunto sencillo, por lo que las decisiones no
    se pueden tomar a la ligera, de manera unilateral o
    burocrática, ni con base exclusivamente en los
    potenciales beneficios económicos que se puedan
    obtener. Por el contrario, el tema merece ser ampliamente
    tratado y consultado, en diálogo con expertos en distintos
    campos (agrónomos, biólogos, médicos,
    economistas, abogados) y con representantes de las organizaciones agrarias y
    empresariales.

  2. definición.
  3. RIESGOS Y PREOCUPACIONES.

La introducción de cultivos y alimentos
transgénicos en el sistema existente de
producción de alimentos ha generado una serie de
interrogantes acerca de posibles consecuencias negativas. Las
personas preocupadas por esta tecnología han reaccionado
en muchas formas, desde participar en campañas de
envíos de cartas a
manifestaciones en las calles y actos vandálicos contra
instituciones donde se están realizando investigaciones
vinculadas con productos transgénicos.
¿Cuáles son las principales inquietudes?
¿Qué fundamentos científicos tienen estas
inquietudes?

Los problemas vinculados con las objeciones a los
cultivos transgénicos se pueden agrupar en inquietudes
acerca de el daño
a la salud humana

La alergenicidad

La posibilidad de que pudiera producirse un aumento de
la cantidad de reacciones alérgicas a los alimentos como
resultado de la modificación genética tiene un poderoso ascendiente
emocional porque muchos de nosotros experimentamos este
problema antes del advenimiento de los cultivos
transgénicos, o conocemos a alguien que sufrió el
problema. Sin embargo, hasta el momento no hay pruebas de
que los alimentos genéticamente modificados puedan
causar más reacciones alérgicas que los alimentos
tradicionales.

Las pruebas con docenas de alimentos
transgénicos para determinar su alergenicidad han
detectado sólo una soya, que nunca fue comercializada, y
el ahora famoso maíz StarLink. Si bien los resultados
preliminares indican que el maíz StarLink probablemente
no sea alergénico, continúa el debate
científico.

Cada año hay personas que descubren que han
desarrollado una alergia a un alimento común como el
trigo o los huevos y algunas pueden desarrollar alergias a
alimentos transgénicos en el futuro, pero no hay pruebas
de que los alimentos transgénicos representen un riesgo
mayor que el que implican los alimentos
tradicionales.

La transferencia horizontal y la resistencia a los
antibióticos

El empleo de
marcadores de la resistencia a los antibióticos en el
desarrollo de cultivos transgénicos ha despertado
inquietudes acerca de la posibilidad de que los cultivos
transgénicos promuevan la pérdida de nuestra
capacidad de tratar las enfermedades con medicamentos
antibióticos. En varias etapas del proceso de
laboratorio,
quienes desarrollan cultivos transgénicos emplean ADN
que codifica para la resistencia a ciertos antibióticos
y este ADN a menudo se convierte en una característica
permanente del producto final, a pesar de que no sirve para
ningún propósito más allá de la
etapa en el laboratorio. ¿Contribuirán los
alimentos transgénicos a agravar los problemas
existentes en relación con la resistencia a los
antibióticos?

Antibióticos.

Una de las preocupaciones se vincula con la
transferencia horizontal de genes, es decir la transferencia de
ADN de un organismo a otro fuera de la vía de
progenitores a descendientes. La transferencia de un gen de la
resistencia proveniente de un alimento transgénico a los
microorganismos que normalmente se alojan en nuestra boca,
estómago e intestinos, o a bacterias
que ingerimos junto con los alimentos, podría ayudar a
que esos microorganismos sobrevivan a una dosis oral de un
medicamento antibiótico. Si bien se produce la
transferencia horizontal de ADN en circunstancias naturales y
en condiciones de laboratorio, probablemente sea muy poco
frecuente en el medio ácido del estómago
humano.

Otra preocupación es que el producto
enzimático del ADN podría ser producido en
cantidades bajas en las células
de plantas transgénicas. Si bien las temperaturas
elevadas del procesamiento desactivarían la enzima, en
los alimentos preparados, la ingestión de alimentos
transgénicos crudos o frescos podría provocar que
el estómago contuviera una pequeña cantidad de
una enzima que desactiva una dosis oral del
antibiótico.

Este problema fue planteado durante los procesos de
aprobación del tomate FlavrSavr de Calgene y del
maíz Bt 176 de Ciba-Geigy. En ambos casos, las pruebas
demostraron que los antibióticos administrados por
vía oral seguían siendo eficaces. Si bien el
riesgo generado por genes de la resistencia a los
antibióticos en las plantas transgénicas parece
ser escaso, se están tomando medidas para reducir ese
riesgo y eliminar gradualmente el empleo de dichos
genes.

La ingestión de ADN extraño

Cuando los científicos desarrollan una planta
transgénica, insertan fragmentos de ADN que
originalmente no existían en esa planta. A menudo esos
fragmentos de ADN provienen de especies totalmente diferentes,
como virus y
bacterias. ¿Hay algún peligro generado por la
ingestión de este ADN "extraño"?

Ingerimos ADN cada vez que comemos algo. El ADN es el
plan maestro de
la vida y todos los seres vivos contienen ADN en muchas de sus
células. ¿Qué sucede con este ADN? La
mayor parte de él se descompone en moléculas
más simples cuando digerimos la comida. Una
pequeña cantidad no es descompuesta y es absorbida en el
torrente sanguíneo o excretada en las heces. Sospechamos
que el sistema normal de defensa del organismo finalmente
destruye este ADN. Nuevas investigaciones en esta área
ayudarían a determinar exactamente cómo los seres
humanos han logrado ingerir ADN por miles de años sin
notar ningún efecto como resultado de los diminutos
fragmentos que se escabullen en el torrente sanguíneo.
Hasta el momento, no hay pruebas de que el ADN de cultivos
transgénicos sea más peligroso para nosotros que
el ADN de los cultivos tradicionales, los animales y los
microorganismos acompañantes que hemos estado ingiriendo
durante todas nuestras vidas.

El promotor del virus del mosaico de la
coliflor

Cuando los científicos usan la
tecnología transgénica para instalar un gen nuevo
en una planta, agregan segmentos adicionales de ADN para
dirigir la actividad de ese gen. Uno de esos fragmentos es el
"promotor", que activa el gen.

El promotor más ampliamente usado es el
promotor 35S del virus del mosaico de la coliflor, cuyo nombre
a menudo se abrevia como promotor CaMV o promotor 35S. Se
obtuvo este promotor del virus que causa la enfermedad del
mosaico de la coliflor en varias hortalizas, como la coliflor,
el bróculi, la col y la colza. Una preocupación
es que el promotor CaMV podría ser dañino si nos
invadiera los cellulos y nos activara los genes.

Tendrían que producirse múltiples
acontecimientos escalonados para que el promotor CaMV escapara
del proceso normal de descomposición digestiva,
penetrara en una célula del organismo y se insertara en un
cromosoma humano. Si bien no se han realizado pruebas para
determinar si el promotor CaMV ha invadido tejidos
humanos, los experimentos
con ratones indican que las defensas normales del organismo
eliminan los fragmentos dispersos de ADN extraño que se
escabullen en el torrente sanguíneo desde el tubo
digestivo.

Hay algunas pruebas de que el promotor CaMV representa
muy poca amenaza para la salud humana. Las personas lo han
estado ingiriendo en pequeñas cantidades por cientos de
años cuando comen hortalizas que están infectadas
con la enfermedad. Si bien las hortalizas muy infectadas con
CaMV son poco apetitosas, no se ha documentado ningún
efecto negativo sobre la salud resultante de ingerir el virus o
su promotor.

Modificación de las cantidades de
nutrientes

¿Es la calidad nutricional de los alimentos
genéticamente modificados equiparable a la de los
alimentos tradicionales? Éste es un aspecto importante
sobre el cual probablemente se efectuarán numerosas
investigaciones en el futuro, cuando se comercialicen alimentos
específicamente modificados para mejorar la calidad
nutricional. No obstante, hasta la fecha sólo se han
realizado unos cuantos estudios que comparan la calidad
nutricional de los alimentos genéticamente modificados
con la de sus homólogos no modificados.

La pregunta esencial en relación con los
cultivos GM actualmente disponibles es si los fitomejoradores
han cambiado de manera accidental los componentes nutricionales
que asociamos con las variedades tradicionales de un cultivo.
Como se piensa que las isoflavonas desempeñan una
función en la prevención de
cardiopatías, cáncer de mama y osteoporosis,
varios investigadores han estudiado el contenido de isoflavonas
de las soyas RoundupReady. Los estudios completados hasta la
fecha no aclaran el interrogante de si las soyas RoundupReady
tienen cantidades de isoflavonas comparables a las encontradas
en las variedades tradicionales, pero las diferencias
encontradas en los experimentos parecen pequeñas o
moderadas en comparación con la variación natural
de las concentraciones de isoflavonas. Otros datos tal vez
esclarezcan los argumentos a favor y en contra de las
aplicaciones de Roundup como factor de riesgo en el cultivo de
la soya.

Los estudios auspiciados por la industria y
presentados en apoyo de solicitudes de autorización para
vender cultivos transgénicos indican que los componentes
tradicionales comúnmente investigados son similares en
los alimentos transgénicos y los alimentos
tradicionales.

Inquietudes acerca del daño al medio
ambiente

La mariposa monarca

La sugerencia de que el polen del maíz Bt
podría matar las larvas de la mariposa monarca
galvanizó el interés del público por los
efectos de los cultivos transgénicos en el medio
ambiente. Presentamos un análisis completo de este
problema en Temas Criticos:

El flujo de genes desde los cultivos a la
maleza

La hibridación de los cultivos con las malezas
cercanas tal vez permita que éstas adquieran
características que desearíamos que no tuvieran,
como la resistencia a los herbicidas. Los resultados de las
investigaciones indican que las características de los
cultivos pueden escapar del ámbito agrícola y
persistir por muchos años en las poblaciones silvestres.
Los genes que proporcionan una ventaja competitiva, como la
resistencia a las enfermedades víricas, podrían
beneficiar a las poblaciones de malezas que circundan un campo
de cultivo.

Muchos cultivos tienen parientes silvestres
sexualmente compatibles, con los cuales se cruzan en
condiciones favorables. Las probabilidades de que se propaguen
los transgenes pueden ser diferentes para cada cultivo en cada
zona del mundo. Por ejemplo, no hay parientes silvestres del
maíz en Estados Unidos
o Europa con
los cuales pudiera cruzarse el maíz transgénico,
pero sí existen esos parientes silvestres en
México.

La soya y el trigo son cultivos autógamos, por
lo tanto es pequeño el riesgo de que el polen
transgénico se traslade a malezas cercanas. No obstante,
ese pequeño riesgo se incrementa debido a que existen
parientes silvestres del trigo en Estados Unidos. No hay
parientes silvestres de la soya en Estados Unidos, pero
sí existen esos parientes en China. En consecuencia, se
debe evaluar individualmente cada cultivo para determinar el
riesgo del flujo de genes en la zona donde se lo
producirá.

La resistencia a los antibióticos

También existe inquietud por la posibilidad de
que las plantas transgénicas cultivadas en el campo
transfieran sus genes de la resistencia a los
antibióticos a microorganismos del suelo, con lo cual se
produciría un aumento general del grado de resistencia a
los antibióticos en el medio ambiente. Sin embargo,
muchos organismos del suelo tienen resistencia natural que se
produce como defensa contra otros organismos que generan
antibióticos y, por lo tanto, no es probable que el
aporte ocasional de genes de las plantas transgénicas
cause una modificación importante del grado de
resistencia a los antibióticos ya existente en el medio
ambiente.

La filtración de proteínas transgénicas en el
suelo

Muchas plantas derraman compuestos químicos en
el suelo a través de sus raíces. Hay inquietudes
acerca de que las plantas transgénicas pudieran derramar
compuestos diferentes de los de las plantas tradicionales, como
una consecuencia no buscada de la modificación de su
ADN. La especulación de que pudiera estar sucediendo
esto genera la preocupación de que puedan resultar
afectadas las comunidades de microorganismos que viven cerca de
las plantas transgénicas. La interacción entre las plantas y los
microorganismos del suelo es muy compleja y los microorganismos
que viven alrededor de las raíces también dejan
escapar compuestos químicos al suelo. Se deben efectuar
muchas más investigaciones para poder
conocer las relaciones que existen entre los microorganismos y
los cultivos tradicionales. Los intentos de descubrir si las
plantas transgénicas están modificando el suelo y
si las modificaciones son benéficas o nocivas, se ven
obstaculizados por nuestra falta de conocimientos
científicos básicos.

La reducción de los rociamientos con
plaguicidas: ¿Es real?

Uno de los argumentos más convincentes a favor
de las plantas transgénicas es su potencial de reducir
el daño que hacemos al medio ambiente con los métodos
agrícolas tradicionales. Se ha fomentado el empleo de
cultivos resistentes a las plagas como el maíz Bt y el
algodón Bt como una forma de reducir el rociamiento con
plaguicidas, mientras que se dice que los cultivos tolerantes a
los herbicidas, como las soyas RoundupReady, disminuyen la
necesidad de aplicar herbicidas. Se han proclamado grandes
reducciones de los rociamientos con sustancias químicas
como resultado de la introducción de estas variedades
transgénicas. ¿Son ciertas estas afirmaciones? El
algodón Bt es el único caso en el cual es
evidente el efecto de reducción de los rociamientos. Los
analistas presentan un panorama variado de los resultados de la
siembra de soyas RoundupReady. El maíz Bt y el
algodón tolerante a los herbicidas no han provocado
disminuciones claras del rociamiento con sustancias
químicas.

La hibridación de cultivos transgénicos
con cultivos tradicionales cercanos despierta inquietudes
acerca de las distancias que deben separar los cultivos para
asegurar su pureza y acerca de quién debe pagar si genes
no deseados se introducen en el cultivo de un vecino. A medida
que la "Preservación de la Identidad" y
la segregación de los cultivos GM de los cultivos no GM
se conviertan en factores que afectan los productos
comercializados, será importante asegurarse de que no se
está produciendo una hibridación en el
campo.

Muchos factores influyen en las posibilidades de que
se produzca el flujo de genes de un cultivo a otro. Algunos
cultivos son muy propensos a la fecundación cruzada y el
polen es transportado a otros campos por el viento y los
insectos. Otras especies son muy autógamas y son escasas
las probabilidades de que haya una transferencia de polen a
plantas vecinas. Como consecuencia de las diferencias entre las
especies de cultivos, es preciso evaluar en forma individual
cada caso para determinar las posibilidades de contribuir al
flujo de genes desde los cultivos transgéncos a los
tradicionales.

Si el polen GM fecunda plantas en un campo vecino,
puede surgir el problema de la intrusión
genética. ¿Qué grado de presencia de
materiales
GM, si los hay, se debe permitir en los productos que se venden
como orgánicos o tradicionales? ¿Deben los
agricultores y las empresas que producen cultivos GM asumir la
responsabilidad de prevenir el flujo de genes o deben los
agricultores tradicionales y orgánicos pagar para
proteger sus productos del flujo de genes? ¿Hay que
prohibir las versiones GM de plantas de fecundación
cruzada por ser demasiado peligrosas, mientras que se permiten
las versiones GM de plantas autógamas? Estas cuestiones
ya han generado varios litigios y continuarán siendo un
factor en el desarrollo y empleo de plantas transgénicas
en los próximos años.

CONCLUSIONES

  1. El creciente interés del hombre por el
    ambiente en el que vive se debe fundamentalmente a la toma de
    consciencia sobre los problemas que afectan a nuestro planeta y
    exigen una pronta solución.
  2. Estos recursos naturales representan fuentes de
    riqueza para la explotación económica. Por
    ejemplo, los minerales, el suelo, los animales y las plantas
    constituyen recursos naturales que el hombre puede utilizar
    directamente como fuentes para esta
    explotación.
  3. Los transgénicos u organismos
    genéticamente modificados -como también se los
    llama- son plantas o animales a los cuales se les ha
    incorporado un gen o ADN ajeno, de otro tipo de organismo o
    especie, con el objetivo de dotarlos de determinados
    atributos.
  4. La introducción de cultivos y alimentos
    transgénicos en el sistema existente de
    producción de alimentos ha generado una serie de
    interrogantes acerca de posibles consecuencias
    negativas.
  5. Las personas preocupadas por esta tecnología han
    reaccionado en muchas formas, desde participar en
    campañas de envíos de cartas a manifestaciones
    en las calles y actos vandálicos contra instituciones
    donde se están realizando investigaciones vinculadas
    con productos transgénicos.

    BIBLIOGRAFÍA

    • CARRILLO,J.M. 1997. Plantas transgénicas:
      ¿Beneficio o peligro? Rev. R. Acad .Cienc. Exact.
      Fís. Nat.,
    • CARBONERO,P. Plantas transgénicas. Rev. R.
      Acad. Cienc. Exact. Fís. Nat.,91
    • LACADENA, J.R. 1997. El mercado de
      transgénicos. Nueva Revista
      (Madrid),
      52: 61-75
    • COSITORTO, A. Enciclopedia de Ciencias
      Naturales Medio Ambiente y Ecología Editorial
      Oriente S.A. España 1995 Tomo 3.
    • THÉRON, A ; VALLIN, J. Ecología de
      las Ciencias
      Naturales Editorial Hora S.A. España
      1987.

    ANEXOS

    CICLO ECOLÓGICO

    RECURSOS NATURALES

    PRODUCTOS
    TRANSGÉNICOS

     

     

    ALUMNA:

    Viviana Cerna Alcantara

    Viviana Margarita de María Cerna
    Alcántara.

    Estudiante universitaria de la Facultad de
    Estomatología de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. 18
    años de Edad, Vive en la ciudad de Lima –
    Perú.

    METODOLOGÍA DEL TRABAJO
    UNIVERSITARIO

    PROFESORA:

    ROSARIO ZARATE CARDENAS

    CICLO: I

    Lima – 2007

  6. La hibridación de cultivos transgénicos
    con cultivos tradicionales cercanos despierta inquietudes
    acerca de las distancias que deben separar los cultivos para
    asegurar su pureza y acerca de quién debe pagar si genes
    no deseados se introducen en el cultivo de un
    vecino.

Partes: 1, 2
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